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Qué porrazo que nos pegamos... Qué tan rápido se hizo añicos aquella ilusión que nació hace unos días después de aquella tarde de emoción en Villa Crespo. Claro que es cierto que si antes de aquel encuentro nos daban un papel para firmar la promoción, varias carillas de hojas hubiésemos llenado, pero ahora, irte a promoción así, de esta manera contundente y sin atenuantes ante un encendido Flandria que sorprendió a todos y se llevó merecidamente el premio, cuesta bastante digerirlo.

Es notable que a partir de la noticia de la ausencia confirmada de Patricio Abraham, los nubarrones cubrieron el horizonte Candombero. Es cierto que en cancha empiezan once contra once, y esto no intenta actuar de excusa ante tamaño resultado, pero la ausencia del "1" se sintió desde el ánimo previo, quizás más para nosotros desde afuera, sin caerle a la humanidad de Marcos Fasanella, para nada, pero es justo remarcarlo: si San Telmo llegó hasta aquí, mucho ha tenido que ver Patricio Abraham. A partir de esa ausencia y las de Caldiero y Demaldé, fue increíble como se resintió el andamiaje del equipo, sobre todo en la línea defensiva, aquella que llevaba siete fechas sin ser vulnerada.

Flandria arrinconó a San Telmo de entrada y jamás evidenció que todos sus problemas previos al desempate hicieron mella en la metada cuestión anímica, todo por el contrario, salieron fortalecidos y lo demostraron durante los 90 minutos. A los dos minutos, San Telmo ya perdía porque un despeje defectuoso de Rodríguez le permitió a Montenegro abrir la cuenta y entonces el partido ya fue otro. San Telmo, desordenado, incrédulo, no pudo salir del golpe y más aún, a los doce llegó el golpe que marcó el pleito, un error de Ferreira y otra vez el goleador de la tarde que de cabeza estampa el 2-0 que, aún con 78 minutos por delante resultó decisivo.
Se puede jugar tan mal una final? San Telmo ofreció muchas flaquezas y no logró equiparar nunca la diferencia, más allá de que en la primera etapa tuvo dos situaciones claras. Creemos, desde nuestro concepto, que la inclusión de Francés en la posición defensiva no ha sido beneficiosa, en absoluto. Nunca se sintió cómodo en la posición y no transmitió confianza.

¿Cuál fue la diferencia entre Flandria y San Telmo, si ambos llegaban tan igualitos que debieron jugar este partido para desempatar? La diferencia concreta está en que Flandria tuvo un goleador, como todo el año, pero hoy iluminado, probando desde cualquier lado, siendo una pesadilla y en cambio San Telmo no cuenta con uno. Que Rodríguez lleve 10 fechas si convertir y que Lenci no la la haya metido desde que llegó como refuerzo, dejan de ser meros datos estadísticos y marcan un camino, el de la ineficacia. Allí radica fundamentalmente la diferencia esta tarde y por ello los Canarios se aseguraron su lugar en la divisional.
Por presencia física, seguridad y experiencia, lo de Diego Fernández en Flandria fue superior a lo ofrecido en nuestra valla.

Con la ventaja tempranera, el cuadro de Apariente metió y mordió en todos los sectores, no falló y suplió sus limitaciones futbolísticas con la entrega que se necesita en esta clase de partidos. A San Telmo se le fue rápido el partido. Intentó, pero con desesperación y desorden y no fue suficiente. Mostró poco, lento en movimientos, previsible. Víctor Gauto fue el único que pareció entender el desarrollo y se erigió en lo mejorcito del equipo, por despliegue y ubicación.
El resto, nada para seguir extendiéndose en el comentario. Nada de nada por lo que había en juego y por la frustración que significó esta derrota.

Se repite lo del año pasado. San Telmo jugará la promoción con un equipo de la "C". Hay dos semanas para replantearse algunas cosas y preparar las piernas, el corazón y la mente con un sólo objetivo, apretar bien fuerte esta divisional, aferrarnos a ella y que el enorme esfuerzo que se está haciendo desde afuera valga verdaderamente la pena.