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San Telmo dejó pasar una buena oportunidad para lograr la recuperación, esta vez ante un rival sustancialmente inferior a los últimos enfrentados. Esta derrota, además, prolongó la serie de caídas a seis y la anemia de triunfos a quince. Números de pesadilla otrora jamás imaginados ni por el más pesimista de los simpatizantes.

Aún así, por esas cosas que tiene el fútbol, la historia pudo haber sido distinta. Porque en los primeros segundos del partido el Candombero casi abre el marcador mediante un zurdazo del reaparecido Mendoza, que hizo que la pelota pegara en el poste y que luego fuera conectada por Víctor Gauto desde afuera del área, yéndose apenas desviada. Hasta la primera mitad del primer tiempo, San Telmo era el más decidido, marcando con fuerza y tratando de adueñarse del mediocampo. Pero el local comenzó a afianzarse en el terreno y de a poco fue neutralizando al Candombero, convirtiendo ese protagonismo inicial del visitante en una ilusión óptica que se viene reiterando en los últimos encuentros. Durante ese primer acto Tristán contó con algunas buenas chances para marcar: Un par de tiros libres que se fueron cerca, dos tapadas de Gambandé y un buen pase a los pies de Leguizamón, definiendo éste por arriba del travesaño.

En el segundo tiempo nuevamente fue San Telmo el que pudo haber inaugurado el score, cuando un disparo desde lejos por parte de Dressl pega en el travesaño haciendo que la pelota le quede a Segundo, definiendo éste muy débil a las manos del capitán lechero Drago. Pero a los 9 minutos la historia se repite cuando un centro del local encuentra a Lamas queriendo despejar el esférico y enviando la pelota al fondo de su propia valla, jugada desgraciada que estableció la apertura del marcador a favor del local. A partir de allí se hizo todo cuesta arriba. Y San Telmo volvió a carecer de poder de reacción para revertir el resultado. Tan sólo un cabezazo de Lamas a las manos de Drago tras un córner a los 20 minutos y dos fuertes disparos del ingresado Ayala, el primero a los 18 y con buena reacción del portero local enviando la pelota al córner, y el segundo a los 26, saliendo el balón apenas desviado. La sentencia quedó definitivamente firmada a los 40, cuando un contraataque por la derecha culminó en los pies de Bogado, definiendo éste ante un solitario Gambandé.

Si bien todas las caídas son preocupantes, esta derrota fue particularmente lamentable porque se enfrentó a un equipo que estaba apenas arriba en la tabla de posiciones (tan sólo a seis puntos) y que a pesar de contar con un juego de bajo vuelo, le alcanzó para doblegar a un San Telmo que a esta altura ya no se le permiten más especulaciones ante ningún rival.